RACIONALIZAR LA CONDUCTA



En la vida cotidiana las personas pueden realizar cierta clase de conductas que actúan como generadoras de las actitudes hacia el objeto implicado en ellas. En este efecto “causal” de la conducta a la actitud juega un papel central la racionalización de la conducta.
Determinadas estrategias servirán para explicar esa conducta ante uno mismo y ante los demás, llegando a alguna forma de justificación que proteja la autoestima:


JUSTIFICACIÓN POSTDECISIONAL

Tomar una decisión entre alternativas igualmente atractivas tiende a generar algún grado de conflicto interno. Una vez tomada la decisión, el conflicto (si ha existido) deja paso a la disonancia: después de la decisión todavía persisten las valoraciones positivas sobre la opción rechazada.

¿Cómo puede resolverse este tipo peculiar
de disonancia?

Incrementando la actitud positiva hacia la alternativa elegida y devaluando la
rechazada.

JUSTIFICACIÓN DEL ESFUERZO

Cuando algo se consigue con gran inversión de energía, tiempo o recursos se valorará más.
Mientras se realiza el esfuerzo, la renuncia a otras gratificaciones crea disonancia. Una vez culminada la actividad, la disonancia no se reduciría si se devaluaran las consecuencias de tal acción esforzada. Además, también produciría disonancia cualquier creencia que pusiera en cuestión el valor de la conducta esforzada o sus consecuencias. Ante ello, se pondría en marcha la motivación para buscar creencias que confirmen el valor de esa conducta.




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